El presente artículo, surge tras la necesidad de clarificar la posición actual del profesorado.
La reducción de categoría que ha sufrido el educador a técnico ejecutor, suscita un debate importante, ya que como considera Rolando Cruz, al docente no se le puede limitar simplemente a dar clases, sino que debe ser incluido en la transformación curricular.
En esta visión se debe defender a la escuela como esencial para el desarrollo socio-cultural y al profesorado como transformador intelectual que mediante la reflexión y práctica académica, forma a ciudadanos críticos, reflexivos y activos.
Siguiendo en lo dicho, el autor nombra a Henry Giroux que al igual que el, defiende la idea de actualizar la naturaleza del trabajo docente, considerando al profesorado como transformador intelectual.
Esta nueva categoría de intelectual es más útil que otra meramente instrumental o técnica, entre otras cosas contribuye a clarificar los intereses políticos económicos y sociales, que mediante su propia pedagogía utilizan y aprueban. Esta contemplación da a entender que la actividad humana implica pensamiento, es cual es vital y componente de toda actividad humana.
Rolando Cruz García, reformula nombrando de nuevo a Giroux diciendo que “deberían contemplarse como hombres y mujeres libres, con una especial dedicación a los valores de la inteligencia y el encarecimiento de la capacidad crítica de los jóvenes” en cuanto al papel del docente y en contraposición de contemplarlos como simplemente ejecutores de planificaciones curriculares.
Esta postura genera controversia con las ideologías tecnocráticas e instrumentales propias de la teoría educativa, de modo que separan la conceptualización, la planificación y el diseño curricular de los procesos de aplicación y ejecución.
No obstante el profesorado como intelectual debe adecuar su pedagogía a la finalidad política e ideológica, a las relaciones sociales del aula y valores, de modo que se creen educandos activos y críticos, para así reconozcan la posibilidad de introducir cambios, pronunciarse contra las injusticias económicas políticas y sociales.
El autor finaliza el artículo diciendo, que esta es la tarea que le espera al educador, que es un camino a seguir que vale la pena, generando una transformación del sistema educativo actual, y vuelve a decir que “metamos no solo las manos, sino el cuerpo entero a nuestro trabajo”.
He encontrado sobre el tema un blog muy interesante que habla bastante de la perspectiva crítica y también de Giroux y Freire que por lo visto son autores muy importantes de la materia y que nos puede servir mucho de ayuda.
Aquí os dejo el enlace:
Eusebio Zamora García
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